lunes, 27 de febrero de 2012

La escotilla cuenta el hundimiento del Titanic

La noche del domingo 14 de abril de 1912 notaba que el viento azuzaba demasiado, pero no sabía por qué.                                                                             
Con la fuerza con la que soplaba consiguió abrirme, y pude darme cuenta de que nos íbamos a estrellar contra un iceberg.
Intenté avisar, pero nadie me oía; a las doce menos veinte ya habíamos colisionado y, de repente, se abrieron seis grietas en las bodegas.
Antía, 1º ESO A

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