miércoles, 1 de junio de 2016

Dos tejedores engañan al emperador para que desfilase desnudo

Unos truhanes que le pidieron el trabajo al emperador le mintieron y engatusaron. Al final, consiguieron que desfilase desnudo por la calle y todos se rieron de él.
Hace unas semanas, el emperador, que se alojaba cerca de un bosque y no daba mucho dinero a sus empleados, conoció a dos sastres, que en realidad no lo eran,  si no que eran forasteros con ganas de llevarse un buen botín. Hicieron una supuesta tela que ellos decían que: "solo los más inteligentes podían verla".
La tela no existía y el emperador decía que la podía ver para no quedar como un tonto.

En el día de ayer, el emperador aceptó pasear con su "nueva" y "lujosa" tela para que todo el mundo la contemplara. Todo el pueblo se reía de él, excepto un niño que dijo que estaba desnudo. Los truhanes aprovecharon la oportunidad para robar las joyas y el dinero del emperdor.

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