El columpio se balanceaba suavemente y fue entonces cuando la chica avistó una sombra. Pero ella no sabía que aquella sombra era la del hombre que pronto le arrebataría la vida.
Las farolas empezaron a parpadear ,y cuanto más se acercaba el individuo, más rápido parpadeaban las luces. La chica, sin tiempo a reaccionar, se quedó paralizada y, cuando quiso darse cuenta, el cuchillo ya le había atravesado su corazón.
Noelia, 1º ESO A
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