Recuerdo ese día de 1912 en el que zarpamos y todos se apoyaban en mí, porque soy la barandila. Todos están felices, celebrando el desembarco y haciendo fiestas. Cuando todos hacian fiestas yo avisté una montaña de hielo de frente, íbamos a chocar. Cuando chocamos nos hundimos muy rápido y solo había agua mi alrededor y, en la superficie, gente ahogándose.
Diego
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