Yo estaba tan ilusionada, por fin había llegado la noche de
mi inaguración.Yo era la chimenea central del gran salón del barco. El primer
día fue muy ajetreado, todos los pasajeros que pasaban por el salón de primera clase se
quedaban admirando mis preciosos acabados de madera. Me sentía muy especial. Al
día siguiente, hacía más frío y mucha gente se acomodó en los sillones dispuestos a mi
alrededor para calentarse con mi fuego. Quería que fuese así todo el viaje, pero,
de pronto, oí un ruido muy fuerte.Yo no comprendía qué pasaba, sólo veía a la
gente corriendo de aquí para allá. Entonces vi el agua que empezó a cubrirnos. Poco a poco me fui sumergiendo. Cuando quise darme cuenta, estaba en el fondo
del mar.
Nuria, 1º ESO A
No hay comentarios:
Publicar un comentario